viernes, 1 de enero de 2010

Un gran sueño



Felipe Ugalde
LIBRO ÁLBUM

Primera edición: 2009
Kalandraka
Colección Libros para Soñar


Era un pequeño
con grandes sueños,
ansioso por crecer...


Primera impresión
Fue un gran curso aquel de Javier Sáez en SM hace un par de años ya (y un parteaguas asegurado en la vida de cualquier ilustrador, como bien me advirtió mi amigo Pixilon). Felipe Ugalde tomaba también el curso y ahí nació Un gran sueño. Podría por ende decir que conocí Un gran sueño cuando aún estaba gestándose en Felipe, y estar de cerca en ese proceso fue una experiencia muy rica y un gran privilegio.

Javier Sáez propuso la dinámica de escribir en un papel tres palabras. Felipe escribió algo así como “cocodrilo”, “universo” y algo más (¿“hambre”, “grande”?). Sentado al principio de la fila virtual que todos los días llevaba a Javier a recorrer el trabajo de cada uno de sus alumnos, veía yo (sentada casi al final) a Felipe luchar con sus palabras para relacionarlas y llegar a un concepto. Pero al segundo día casi se le escuchó gritar “¡Eureka!” y todo fluyó en su historia. Se le veía entonces feliz y concentrado.
Y bueno, he aquí el resultado de un arduo y concienzudo trabajo, un libro que no sólo ganó el 1º lugar del II Premio Internacional Compostela para Libros Ilustrados, sino que es una verdadera obra de arte; universal y entrañable.

Las ilustraciones en principio estarían hechas con grafito. Felipe llevó todo el proyecto terminado con lápiz, precioso ya desde entonces. Pero como muchos ya saben probablemente, Felipe es un maestro del acrílico. Cuando estuvo mostrando a varios editores su trabajo, sin conseguir publicarlo, mejor optó por concursar en este premio e intentar publicarlo con Kalandraka. Entonces al parecer regresó al acrílico y el resultado significó la publicación, el premio y una serie de 18 hermosísimas ilustraciones.

Reseña
El libro realmente es como un poema, y sobre todo considerando que se trata de un libro álbum, es necesario verlo para seguir y comprender la narración. Baste decir que la trama inicia así: nace un cocodrilo con grandes aspiraciones, come por primera vez una mosca y de inmediato su hambre lo lleva a ansiar devorarlo todo, a crecer, a llegar lejos; a alcanzar el sentido de su propia vida.

La poética de Felipe Ugalde
En el clímax de "El aleph", Borges comienza a enumerar todo lo que veía en y desde ese punto, intersección de todos los puntos posibles del universo: “Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo” (ver cita completa con todos los objetos citados).



Así Ugalde, sin palabras y con gran maestría conceptual, en una de mis ilustraciones favoritas de este libro, recoge todos esos objetos, todos esos tesoros, todo lo que puede ser alimento del alma y desecho al mismo tiempo. El cocodrilo lo devora todo.

¿Qué vale la pena enumerar aquí, recuperar de esa poderosa imagen?: un Mickey Mouse, un semáforo, el Empire State, un anillo, la lámpara maravillosa, un tiburón, el café de la mañana, un dragón...

¿Qué hay de Felipe en cada elemento que planta en esta página llena de poesía?, ¿qué tienen en común entre sí un pez, la Venus de Milo, un cubo de Rubik? Quizá que son todos alimentos del cuerpo, del alma o del intelecto, cada uno necesario aunque insuficiente para saciar el hambre del cocodrilo.

Tantas interpretaciones posibles de un breve libro, con una paleta suave, una maestría y manejo sólido del acrílico, una gran narración de un aun más grande sueño: estar hambriento, ser ambicioso, querer —literalmente— comerse al mundo. Y una inevitable indigestión que al final siempre vale la pena.

Ahora basta volver la mirada al cielo y ver para siempre, por el resto de nuestras vidas, un sueño vuelto realidad; un cocodrilo que está donde siempre quiso estar y que es lo que siempre soñó.





*El libro incluye estrellitas fluorescentes.

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