lunes, 31 de enero de 2011

La bella Griselda

Isol
Libro ilustrado

Primera edición: 2010
Los Especiales
A la Orilla del Viento




La princesa Griselda era tan hermosa que hacía perder la cabeza a cualquiera. Y no es sólo un decir. En los bailes de la corte, con sólo verla, las cabezas de los caballeros y príncipes se iban rodando tras ella, suspirando por su amor.
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Todos tenemos nuestros autores favoritos. Hace unos seis años que entré a trabajar como becaria a SM y conocí de lleno los libros álbum comencé a hacerme de mi querida colección, y a atesorar el trabajo de varios autores y a volverme fan de algunos. Mi salario de esa época (muy breve, por cierto), se me iba entero en libros álbum. Mis primeros años en ferias del libro significaron una inversión importante; uno creería que con los años ya no se gasta tanto, pero las novedades son mi perdición. En esta FILIJ sacaron éste de Isol, cuyos libros me significan siempre una grata sorpresa. Gracias a Santiago, que bondadosamente me lo invitó.

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Al principio Isol hacía mucho grabado, en sus últimos libros explora con texturas digitales y línea, pocos colores, fiel a sus inicios. Simple y contundente, como son sus libros, una broma o una verdad dicha con todas sus letras. A mí no deja de encantarme, como la belleza de la propia Griselda.

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Griselda es una princesa de una belleza tal que deja a todo el que la mira enamorado sin cabeza. Mujer letal y peligrosa; sola al fin. Los libros de Isol están contados con la simpleza y eficacia con la que se cuenta un chiste. Toma lo cotidiano y le da un leve vuelco. Así presenta a un personaje tradicional en la literatura infantil —una princesa— y una cualidad que es casi un lugar común —la hermosura excepcional— para, con la exageración como recurso cómico, asegurar que literalmente hacía perder la cabeza a cualquiera. A partir de ese detonante, desarrolla las complicaciones que conlleva dejar acéfalo a cualquier enamorado y potencial esposo. La princesa se convierte de hecho en un peligro para el reino. Sólo hasta que encuentra a un príncipe ciego puede dar a luz a su pequeña hija, que ha heredado la belleza de su madre, potenciada, pero que, a diferencia de ésta, no disfruta del aislamiento que provoca.

Griselda, bella y sola, presa de una soledad no deseable; mujer inalcanzable, casi inhumana se separa del mundo y de la humanidad da vida a una niña que devuelve al reino a la realidad y quiere formar parte de ella; utiliza su súperpoder (la excepcional belleza) para el bien. Y demuestra cómo en el fondo no es diferente de todos los demás.

Lirones:


Siempre había tenido muchas ganas de generar un proyecto editorial de literatura infantil. Hace algunos intenté de varias formas realizarlo y, un par de intentos fallidos después, abrí este blog para hablar de por qué me gustan tanto los libros para niños, y se fue construyendo sobre todo a base de ejemplos, con reseñas de lo que había en mis libreros, para pronto darme cuenta de cuánto lo que leemos nos construye, se nos queda y puede contar nuestra propia historia.

Amante de Alicia en el país de las maravillas, me encantó cuando, buscando un título para el blog, Rudy me sugirió “Lean lirones”. Me imaginaba al lirón del Sombrerero metido en su tetera leyendo, y con él, toda una población de lirones que alguna vez se asomaba y recomendaba lecturas. Tal como pasa en la vida real. Las maneras como un libro llega a nuestras manos es muy diversa, pero hay encuentros que uno atesora, recomendaciones sin las cuales no sólo no leeríamos nunca cierto libro, sino que simplemente no lo leeríamos igual. De mi agradecimiento por las palabras, personas y situaciones que han enmarcado mis encuentros, decidí darles crédito en cada entrada del blog y después dedicarle al libro algunas mías para que la cadena no terminara ahí.

En SM, María Cristina Vargas, editora de libros infantiles, cada semana me hacía recomendaciones. Así conocí Yo espero o Todos se besan menos yo, y tantos libros de Juan Gedovius. En el diplomado de ilustración vino un despliegue enorme de autores, libros y formatos. Jorge, Gerardo, Juan, Anie me mostraban sus libros favoritos; conocí autores como Shaun Tan o Dave McKean, editoriales increíbles como Kalandraka, Oqo, Media Vaca; técnicas que iban desde lo digital hasta la creación de escenarios completos y personajes hechos con plastilina o papel maché...

El blog era algo que disfrutaba muchísimo. Mi ejercicio y hobbie. Los domingos me despertaba, tomaba entre tres y cinco libros y me ponía a escribir sobre ellos: cómo habían llegado a mis manos, a través de quién, por qué me gustaban, qué me parecían las ilustraciones, quién era el autor, de qué se trataba, por qué formaban parte de mí. Nunca fueron para mí recomendaciones meramente, ni tampoco sólo un fichero de mi biblioteca personal. Era en cierta forma yo hablando de mí a través de los libros infantiles que leía. Tratar de hablar de manera sincera de algo que me apasiona y buscar contagiarlo; fomento a la lectura, una intención parecida a la que años más tarde tendría El Morbito.

No creo que el nacimiento del periódico que tanto soñé fuera el motivo para que poco a poco dejara de actualizar el blog. Quizá que este año no quería hablar de mí ni de lo que leía ni de lo que pensaba o sentía.

2010 fue un año extrañísimo.
Bendito dios que ya acabó.

Ahora sí, cada lunes un libro nuevo.
Sigan leyendo, lirones.