lunes, 14 de marzo de 2011

Colección de mentiras ilustradas


Libro álbum
Primera edición: 2007


Aviso:
La gente mayor, además de ser alta y fuerte y peluda, es mentirosa.
Se han hecho estudios para averiguar por qué es tan mentirosa, la gente mayor. Unos aseguran que dicen mentiras a los niños y a las niñas para educarlos mejor, y otros que lo hacen para no tener que educarlos... Pero, ¿sabéis la verdad? La verdad es que la gente mayor dice mentiras a los niños, porque no lo puede evitar y, además, le gusta muchísimo hacerlo.
Por eso es tan importante que leáis este libro con mucha atención. Encontrareis muchas de las mentiras que ellos, los mayores, os dicen y que nunca os tenéis que creer.


¡!
El tema de la mentira siempre me ha apasionado, no tanto como una acción moralmente negativa, sino más por su poder de construcción. Gracias a ella es posible inventar historias, imaginar, hacer hipótesis. Debido a la literalidad de los niños, los adultos pueden generar fácilmente, a base de metáforas, un discurso que deja atrapado al niño. Aitana mina este espacio concedido sólo a los grandes, le abre a la puerta a los niños y les suelta al aire la información. Ya será de cada quien hacer lo que mejor le parezca con ella.

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Aitana utiliza mucho collage, pasteles de aceite, grafito y técnicas digitales. Su paleta es una constante y sus personajes, sumamente vivos y expresivos, habitan en el escenario escondiendo más de un gesto cuando la autora los pone en acción. Guiños y bromas, mensajes ocultos y evocaciones personales, la riqueza en la propuesta de Aitana nos contagia la risa. Uno se encuentra al final coleccionando sus libros, en espera siempre de encontrar pronto otro más.

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Conocimiento enciclopédico e ilustrado sobre las mentiras que los adultos suelen decir. Tengan cuidado, adultos, están en la mira. Ahora los niños conocen su secreto.
Conocí a Aitana por su libro Ramona la mona y por sus ilustraciones en Salvavidas. Su trabajo siempre posee esa calidez y sinceridad entrañables, esa invitación a jugar con el lector a imaginar, a hacer visible lo aparente, a recordar y divertirse con la recolección de lo popular, con la memoria.
Este es el tipo de libros que cualquier lector agradece y más de uno quizá pensó que podría escribir. Hace unas semanas, en la reseña de No juzgues a un libro por su cubierta, recordaba lo que mi mamá me decía contradictoriamente en diferentes ocasiones acerca de los huesos de mandarina. Es cierto, los padres dicen muchas cosas, y no todo hay que creerlo. No es quizá que sean unos grandes mentirosos, sólo que a veces como niños podemos ser tan literales que no reconocemos metáforas, exageraciones y, aceptémoslo, intentos de manipulación por parte de nuestros progenitores (para que nos acabemos la comida, nos peinemos o para sacarnos la sopa). Sirva de apoyo este libro para protegernos de los adultos.

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El Morbito, n. 3, la mentira. 

lunes, 7 de marzo de 2011

Yo ¿quién soy?


Libro ilustrado de divulgación
Primera edición: 2006
Libros de Filo y Sofía

¿Qué le debes a tus papás?
Todo, porque ellos me dieron la vida.
Sí, pero...
¿Tu vida le pertenece a tus papás?
¿Dirías lo mismo si tus padres te hubieran abandonado?
Si todo se lo debes a ellos, ¿no te debes nada a ti mismo?
¿Fueron tus papás quienes te hicieron nacer o fue la naturaleza?

¿Tú eliges quién eres?
Sí, porque tengo mi carácter y mis ideas.
Sí, pero...
¿Los otros nunca influyen en ti?
¿Elegiste tu carácter o lo heredaste?
¿Eliges estar de bueno o de mal humor?
Elegir ser uno mismo, ¿implica necesariamente ser distinto de los demás?

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Esperando a que Santiago acabara de trabajar, tomé un libro que estaba sobre su mesa y lo empecé a leer en voz alta. Habíamos tomado de referencia varios títulos de esta colección para un proyecto de divulgación para niños sobre derechos humanos. Resultó que, ante la variedad de ilustradores que nos deleitan en cada tomo, el autor de Los Libros de Filo y Sofía era el mismo: Oscar Brenifier, filósofo, profesor y gran escritor. Entre todos, sin duda Yo ¿quién soy? es, por sus ilustraciones y claridad para exponer el tema, mi favorito. Nadie, no importa la edad que tenga, se lo debe perder. Claro, si lo encuentra, porque yo no he tenido suerte y rezo a Dios por encontrarlo y hacerme de la colección entera un día de estos, pronto.

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Las ilustraciones de Aurélien Débat son sencillas en intención técnica, pero guardan una profunda conceptualización de los temas tan complejos que se tocan en este libro. Dividido en cinco grandes temas, cada uno coronado con una pregunta primigenia (1), el ilustrador consigue darle la vuelta y no sólo representar la duda detonante, sino complementarla y generar su propio discurso. De ahí la enorme riqueza de este proyecto que, no por estar ilustrado —como suele malinterpretarse—, está dirigido únicamente al público infantil.
(1) animal: ¿eres un animal?; edad: ¿te gusta crecer?; diferencia: ¿eres como los demás?; papás: ¿qué le debes a tus papás?; apariencia: ¿te gusta verte en el espejo?; libertad: ¿tú eliges quién eres?)
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La estructura del libro es sencilla pero entraña una sabiduría profunda. Pasa con los libros de divulgación (así como todo lo que está bien hecho) que, ante su simpleza, uno creería que resulta muy fácil armarlo; pero, como ocurre con la poesía, cada pieza de este libro está puesta en su lugar y nos sorprende con un discurso, no sólo iluminador, sino hermosísimo. Ante cada pregunta, una respuesta que lleva de nuevo a la duda. Ante un mundo lleno de incógnitas, sólo uno mismo puede tender ese camino donde, para verdaderamente responder, se acepta y da la bienvenida a otra interrogante. Únicamente así nos acercamos más al (auto)conocimiento. Y si bien puede resultar el trabajo de una vida, la búsqueda por contestar: yo, ¿quién soy?, se configura como un trayecto durante el cual, sin duda alguna, nos acerca más a eso que quizá sea imposible descifrar del todo, pero a cada paso y con cada nueva pregunta, acariciamos.