domingo, 25 de abril de 2010

Papás bajo la lupa

texto: Tamar Cohen
ilustraciones: Santiago Solís
Novela ilustrada
Primera edición: 2009
Mirador

Soñé que era el día de mi nacimiento y me encontraba en posición de escape. De inmediato sentía un empujón, dos, tres, mi cabeza estaba fuera. Entonces venían los alaridos: “¡Nooo! ¡Regresa!”.


Primera impresión
Todos hemos odiado a nuestros papás alguna vez. Es imposible que no nos traumen. Alguien muy querido decía una vez, frente a la pequeña hija de una amiga: “No importa qué haga su mamá, inevitablemente la va a traumar”. Es cierto que los papás la riegan casi metódicamente, pero dentro de todo, uno asume que tienen buenas intenciones. No por nada nos habrán traído al mundo.

Las ilustraciones de Santiago son muy divertidas. Acrílicos, pasteles, lápices; la paleta de colores está fríamente calculada y las texturas se disfrutan página a página. Los padres no tienen ojos (sólo cuencas) o los ocultan tras sus lentes oscuros. En los personajes se reconocen rasgos de parentesco entre padres e hijos no tanto por las facciones sino por los mismos colores seleccionados para cada uno. Así todo tiene sentido en la historia que se cuenta paralela a través de sus imágenes. Santiago incluye también un memorable diagrama de tipos de lenguas, de la teoría de la reja o de los deseos. Juega así con la historia a partir de sus ilustraciones y da vida al texto desde otra perspectiva, para hacer justicia a la ilustración como arte.

Reseña
Azafrán y Obituario están cansados de sus padres, empezando por los nombres que les pusieron, y la lista es extensa. Entonces deciden crear el TSJI (Tribunal Superior de Justicia Infantil) y llevar a juicio a los padres de todos aquellos que lo requieran. Pronto toda la escuela comienza a levantar cargos y los juicios se suceden unos a otros, pero ¿qué pasa cuando es el turno de sus propios papás?

Opinión
El texto es simpático aunque a veces ciertas situaciones o comentarios caigan en el lugar común. Con todo, el punto de partida es original y lleva al límite esa realidad que todos vivimos, ese deseo que cualquiera en algún momento ha tenido, y que sobre todo de niño es casi impensable: juzgar a los padres. Tal vez porque se requiera cierta distancia para comprenderlos mejor, para bien o para mal; tal vez por eso que una pareja de jóvenes amigos consiga llegar tan lejos y decir con todas sus letras el problema que los aqueja, resulte admirable.
Nostra que juega tanto con los formatos de libros, trae esta novela, tan bien y tan profusamente ilustrada que se vuelve de pronto difícil de catalogar, pero muy fácil de disfrutar.

lunes, 19 de abril de 2010

Cuentos de la periferia

Primera edición: 2008

Nunca decía qué señalaba, o hasta dónde debías caminar, o qué se suponía que debías hacer una vez allí. De hecho, nunca decía nada porque los búfalos de agua son así, detestan hablar. Todo era demasiado frustrante para la mayoría de nosotros.

Primera impresión
Un búfalo de agua sentado en un terreno desocupado, con la hierba crecida hasta el ombligo se dedica a dar indicaciones a quien pregunta por ellas. Hay libros así, como ese búfalo con el que abre este libro de relatos.


Ilustraciones
Mi amigo Jorge dice que Shaun Tan tiene técnicas para traumar a cualquiera. En Cuentos de la periferia se da un despliegue que va desde el óleo hasta el scratch, pasando por los pasteles, el grafito y qué más. Lo que me encanta es que cada una está pensada de acuerdo con la historia en cuestión. No hay que olvidar que esos cuentos son como cartas o como fichas de una biblioteca que uno pasa a ver, como si visitara cientos de lugares.

Reseña
Un estudiante de intercambio; un intento por descubrir el límite y fin de la ciudad; un puñado de trozos de papel, un mensaje, un poema; un matrimonio feliz-infeliz, un matrimonio; un patio común; amnesia, mascotas, tierras lejanas...

Opinión
En una época en que casi todos buscamos respuestas inmediatas, consultar un libro (o a un búfalo de agua) puede resultar tedioso, pero enriquecedor. Para todo hace falta la paciencia, pues ahí se ocultan esas respuestas que con tanta ansia buscamos y que sólo el paso del tiempo nos permitirá ver.

sábado, 3 de abril de 2010

Cerca

Libro álbum
Primera edición en español: 2008

El señor Pato, como todos los días, se va a trabajar.
El señor Conejo, como todos los días, también se va a trabajar.
Siempre se cruzan ...
Nunca se saludan ...
Y es una verdadera pena.

Primera impresión
Un libro pequeñito y rojo, con la tipografía del título más bien grande que muestra lo diminutos que son los personajes, dos esporas que coinciden en el mundo por azar. Así son a veces los encuentros con otras personas, con ciertos libros. El primero, el original, fue en la FILIJ pasada, pero por alguna razón este libro se clavó hoy en mi mente y, como quien tiene antojo de un chocolate o de escuchar cierta canción, necesité escribir sobre Cerca que con tan poquitas palabras consigue hacerlo a uno sonreír tan gratamente.


Ilustraciones
Ganador del I Premio Internacional Compostela para álbum ilustrado en 2008, cuenta una de las editoras que quedaron maravillados cuando llegó Cerca. En las bases se pide un mínimo de tres ilustraciones terminadas, pero Natalia Colombo entregó el libro completo. No es desde luego la única razón por la que ganó; el ritmo de la lectura, el encuadre y composición en cada página, la riqueza de texturas y la sencillez de los personajes hacen de este libro un deleite poético.

Reseña
El señor Conejo y el señor Pato tienen en común: rutinas, lugares, horarios. No lo saben, pero coinciden todo el tiempo. Si sólo se dieran cuenta.

Opinión
Hay quien pasa la vida buscando algo que lo sorprenda, cuando las cosas más entrañables se encuentran frente a nosotros. Pero hay quien no busca nada, nada espera, y no parecen hacerle falta las sorpresas ni sentir con la entraña. Nada que no añoremos podemos extrañar, porque qué más da: cómo puede hacernos falta algo que no conocemos. Faltará quizá un elemento del azar que incida en la vida de cada uno y que detone esa chispa que los ojos indiferentes no han aprendido a ver. O no.