texto: Antonio Ventura
Ilustraciones: Juan Carlos Palomino
Novela
ilustrada
Primera edición: 2010
A la Orilla del Viento
—Berta, apaga ya la luz, que es muy tarde.—Sí papá, ya voy, ...enseguida.—No, enseguida no, deja ya de leer, ya te terminarás el cuento, y ahora apaga la luz, que si no mañana no hay quien te levante.—Sí, papá, ahora mismo.Pero Berta no está leyendo el cuento. Está mirando la imagen de esa locomotora que arrastra unos cuantos vagones en la noche, bajo la nieve, y que está detenida en un pueblo todo nevado, y lleva un faro encendido, que ilumina los copos de nieve que parecen dibujados con una tiza pequeñita [...] Berta piensa que le gustaría ir en ese tren que atraviesa el bosque nevado, y en ese pensamiento se duerme, y sueña. Sueña que viaja en un tren que asciende por una montaña nevada y que llega a una ciudad toda iluminada con muchas bombillas, y es de noche , y es navidad, y ella es una princesa, y el tren atraviesa un puente, y desde la ventana por la que ella mira se ven los tejados de las casas; parecen las casas de un cuento.
Primera impresión
Conocí a Berta en un dibujo de Juan Palomino. No
sabía nada de ella, pero me intrigaba esa niña sentada adentro de un bibelot,
acompañada de un mono de nieve.
En otra ocasión, Juan me platicó la
historia de Berta. Me dijo que se identificaba mucho con ella y que le hubiera
gustado escribirla.
Luego llegó el día en que me prestó el
texto inédito y me mostró casi todas las ilustraciones que después acompañaron
y terminaron por conformar tan bien este libro que vale toda la pena leer. Y de
hecho lo leí de jalón en una ida al trabajo. Me gustó tanto que cuando me bajé
del camión tuve que sentarme afuera de un banco, sacar una libreta y escribir
brevemente algunas cosas que me provocó (supongo que ésa es la verdadera
primera impresión*).
Pero el día en que la vi de frente y ya
con vida fue aquel de la presentación, donde el libro había nacido y pude
llevármelo por fin para que formara parte de mi cajón de los tesoros —como el que Berta tiene—, pero que en mi caso se compone en gran
medida por libros y sus respectivos recuerdos.
Ilustraciones
Como si el objetivo fuera generar negros muy negros, grises en todas sus
formas y blancos (reservados o creados), Juan Palomino se basta de tintas, estilógrafos,
lápices y hasta grabados para dar vida a la atmósfera y mundo de Berta. Pero lo
mejor de las ilustraciones está en la conceptualización. Desde esa entrañable
portada, Berta se presenta a sí misma dentro de su propio mundo, y las
ilustraciones son fieles a esta idea de un personaje y su mundo interior tan
bien retratado en el texto. Así vemos a la protagonista habitar sus dibujos, su
objetos coleccionados, cada hoja del parque o su propia soledad.
Reseña
El libro es difícil de resumir. Trata de
una niña a quien le encantan los libros, dibujar, recoger hojas, coleccionar.
Tiene un hermano pequeño y a veces siente celos de él porque su madre le pone
mucha atención, y ella la necesita para que la ayude a terminar un rompecabezas
que sola no puede terminar. Su amigo Miguel se fue a vivir a otra ciudad y ella
ya le envió una carta que no ha tenido respuesta. Y Daniel ama como ella coleccionar
hojas, que ella guarda en una caja junto con sus tesoros más preciados.
Opinión
Esta preciosa novela de Antonio Ventura empieza con Berta en su cuarto,
cuando es regañada por leer hasta tarde. Lo que pasa es que su padre no
comprende que hay más en leer que el acto mismo de desvelarse, y así entre
imágenes, páginas y su propio sueño, Berta habita su mundo cuyo límite con la
realidad es tan tenue que nos hace preguntarnos si realmente estamos separados
de lo que soñamos, o si no se tratará de los mismos ojos con los que vemos todo, de
día o de noche, dormidos o despiertos.
*Notas de la verdadera primera impresión
No sólo los libros cuentan historias.
Ésta me llegó primero porque mi amigo Juan me la contó. Cómo puede un hombre
identificarse con un personaje femenino no es un misterio, pero sí puede dar al
traste las afirmaciones de aquellos que aseguran que hay “libros para niños”,
“libros para niñas” y no llanamente “literatura”.
Cómo hay cosas de la novela que se quedan
guardadas como si fueran parte de mi propia historia, de esa vida interior que
todos tenemos, de esa vida con otras personas, de lo inefable, de una carta que
no llega pero está presente desde el primer momento en la vida de la niña. Cómo
el corazón es misterioso, las acciones son mágicas y todos somos Berta. Todos
soñamos.
2 comentarios:
Qué curioso cómo a veces nos llegan a las manos los textos que necesitamos. Pasa poco, pero es magia. Una quiere escribir algo pero es totalmente incapaz, y en ese momento llega el texto, escrito por otro, y una lo ilustra, es decir lo reescribe, y entonces el libro pasa a ser también un libro suyo.
Qué preciosa reseña, Abril... qué ganísimas de leer el cuento, de ser un poco el libro.
Sí, Aitana, tienes tanta razón.
Y qué bueno que pasas por aquí. Saludos!
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