Texto: Antonio Ramos
Ilustraciones: Beatriz Vidal
Novela
1ª reimpresión: 2008
Piel de Gallina
Me dan miedo las ventanas. No las ventanas propiamente, ni los vidrios, sino lo que puede haber tras ellas. No es mi único miedo en realidad, tengo otros dos miedos más, pero, debo decirlo, le tengo más miedo a las ventanas [...] Me da frío sólo de imaginar que algo o alguien pueda estar viéndome por entre las cortinas, algo terrible: con dientes o flotante, algo que me mira como si quisiera encontrarme todos mis secretos.
Primera impresión
Hace como un año tomé un curso para “escribir cuentos
para niños y niñas”. En una de las sesiones se hablaba de cómo los textos “para
niños” no pueden (o no deberían) tener un contenido de violencia, una versión
cruda de la realidad, un final no-feliz. “Si el mundo ya es lo suficientemente
terrible, por qué la literatura lo debe ser también”.
Una compañera comenzó a hablar de un libro, cuyo
nombre ni autor ni editorial recordaba (lamentablemente, el final sí lo tenía
presente y aprovechó para contarlo), donde en una ciudad un pájaro gigante
comenzaba a raptar a los niños. Me acerqué al final para preguntarle más datos
del libro, pero no tenía idea. Ni modo.
No sólo porque estoy totalmente en desacuerdo con que
la literatura debe ser caramelizada para los niños, sino porque la trama se me
hizo genial, lo que ella contó ese día se me quedó muy grabado. Y entonces
llegó el día en que, en el marco de la FILIJ de este año, mi amigo el Gato me
invitó a la presentación de un libro que publicó en Progreso. Presentaban
además la colección Piel de Gallina y con ella otros dos títulos más.
Por cada autor había un presentador, y para dar a
conocer el libro Reptiles bajo mi cama de Antonio Ramos habló Felipe Garrido. Se levantó de
la mesa arguyendo que no alcanzaba a ver a los niños presentes, y entonces les
preguntó por qué la colección se llamaría “Piel de Gallina”. Habló del miedo,
habló de la literatura, y habló de cómo uno lee libros de terror (o para el
caso, ve películas de terror) porque quiere asustarse. Y habló al fin del libro
de Antonio y tangencialmente se refirió a otro libro suyo: ¡Los cazadores de
pájaros!
Tan pronto terminó la presentación corrí al stand por
los dos libros. A veces no importa el final, sino el trayecto de las historias.
Sobre todo las bien escritas.
Ilustraciones
Hechas con lápiz y muy atmosféricas, Beatriz Vidal nos
deleita página a página. Precisas y ligeras, las ilustraciones sumergen al
lector en ese mundo que oscila entre lo real y lo maravilloso construido a la
par por el escritor.
Reseña
Martín Palomares vive en la unidad habitacional
Rinconada de los Pájaros, donde un día comienzan a desaparecer niños. Se dice
que un ave gigante los rapta por las noches, sobre todo si no hay nubes ni
lluvia. Martín podría ser el próximo y lo sabe, por lo que trata de llegar al
fondo de la situación y resolver esa terrible amenaza.
Opinión
Los cazadores de pájaros habla de manera parabólica de una
realidad social, y la aborda con gran valentía para un público infantil-juvenil
sin más. El terror que en este caso se vive tiene dos caras: una de día y otra
de noche. De día podría parecer absurdo que un ave gigante nos raptara, pero en
la noche no hay manera de convencernos de que la realidad es de otra manera y
tememos profunda y sinceramente por nuestra vida.
Felipe Garrido tiene razón. Un lector busca sentir a través de las historias que se le
narran (miedo, felicidad, amor, enojo, ternura). Privarlo de eso evadiendo
temas, dorando la píldora o cambiando finales tristes por felices es no
tratarlo con respeto, no importa la edad que tenga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario